CONCIERTO DE ACTORES

El estreno hoy de Delirio habanero potencia las cualidades escénicas y musicales de Teatro de la Luna

Por Antonio Paneque Brizuela

Por las características de Delirio habanero, que se estrena hoy viernes (8:30 p.m.) en la sala Adolfo Llauradó, el propio Raúl Martín, director de la obra y del grupo que la escenifica, Teatro de la Luna, la ha calificado como "concierto de actores", más bien aludiendo a cómo los intérpretes han asumido las situaciones y la música presentes en esta creación del desaparecido Alberto Pedro.

Pieza que acusa la intencionalidad de esta agrupación en cuanto a autores nacionales, especialmente contemporáneos como Virgilio Piñera (Electra Garrigó, La boda) o Abilio Estévez (El enano en la botella), Martín conversa con Granma con la soltura y el desenfado de quien ha escogido nuevamente bien con esta puesta en escena, "que para nosotros significa un homenaje a su autor —el próximo día 4 hará un año de su fallecimiento— y a la música cubana".

Colectivo de experiencia en escenarios de Argentina, Chile, Colombia, Venezuela, y EE.UU. y merecedor de premios nacionales e internacionales, sobre este dueto entre el autor Alberto Pedro, y Martín frente a Teatro de La Luna —grupo de jóvenes aunque experimentados talentos fundado en 1997—, Bárbara Domínguez subraya en el programa de mano que "no es casual". Hace tres años, ambos artistas habían iniciado el abrazo con El banquete Infinito, aún por estrenarse.

Por figurar en su línea las obras musicales, esta les encaja a unos actores que en ella "se confiesan" a través de sus personajes, y brindan su reconocimiento personal a la música cubana, desde la interpretación de figuras históricas de ese género, y también hablan de sueños y evocaciones de lo que ha sido La Habana en distintas épocas.

Las diversas dificultades técnicas facilitan, según Martín, "el lucimiento actoral" de un reparto integrado por Amarilys Núñez (Varilla), Mario Guerra (El Bárbaro) y Laura de la Uz (La Reina), quienes "tienen que cantar y vivir emociones diferentes unas de otras", complementados por la música de Rafael Guzmán; el entrenamiento danzario de Odwen Beovides, las clases de canto de Esthelierd Marcos y la asesoría siquiátrica de Dalia Cañizares.

Los realizadores de Delirio habanero describen la acción de la obra dentro de un antiguo local clausurado desde el año 1967, en el que tres delirantes y enigmáticos seres se reúnen cada noche y creen ser quienes no son.